jueves, 4 de septiembre de 2014

Los skaters tienen una influencia positiva en las ciudades


Un estudio publicado recientemente en la revista Local Environment: The International Journal of Justice and Sustainability sugiere que los jóvenes que hacen del uso de la patineta una práctica común no sólo explotan, sino que también transforman los espacios urbanos, mejorándolos a través del juego.

El mismo fue elaborado por Francisco Vivoni, quien -a partir de un trabajo de campo etnográfico- se centró en la ciudad de Chicago, donde la construcción de la infraestructura del ocio y el entretenimiento busca seguir un modelo ambientalmente responsable.

Acorde a lo señalado por el investigador, al buscar las mejores extensiones para deslizarse, los skaters emprenden un proceso de exploración, apropiación creativa y disfrute de los diferentes terrenos urbanos. A través de esta experiencia lúdica, tanto calles, como veredas y plazas –entre otros lugares- son resignificados, reutilizados y, a la vez, cuidados.

Una forma en la que esto queda plasmado es la preparación de rampas o plataformas en las cuales se practican saltos y piruetas. Las mismas se logran mediante el alisamiento de superficies rugosas con una capa de cera de vela que permite a las patinetas adquirir mayor velocidad en sus desplazamientos. Esta cobertura va dotando al paisaje urbano de huellas que funcionan como señales que comunican a otros skaters los mejores lugares para desplegar el deporte. Son evidencias del uso alternativo que se le puede dar al medio e indicadores de los puntos tácitos de encuentro colectivo.

Uno de los puntos que destaca el informe es que los patinadores -al menos los de Chicago- ejercen la reapropiación incluso de áreas que no tienen permitido usar, negándose a estar confinados en los parques que les fueron asignados.

“Otros usuarios del espacio público pueden interpretar esta práctica como congruente con la vagancia, el vandalismo y la distorsión de la propiedad. Pero para los patinadores, el armar las plataformas encabeza una visión alternativa de la sustentabilidad”, subrayó Vivoni.

El autor afirma que a partir de estos comportamientos puede identificarse toda una ética particular de cuidado de los entornos dados, la cual nace en este caso de la unión entre los skaters y la agenda de sostenibilidad de la ciudad de Chicago.


Los patinadores “encabezan una alternativa de sustentabilidad a través de tácticas lúdicas que promueven una ética del cuidado de los ambientes construidos”, transformándose de esta manera en verdaderos “agentes de cambio a través de su práctica cotidiana”, afirmó Vivoni, agregando luego que, lejos de dañar el medioambiente, los skaters llevan adelante una conducta diferente (y positiva) con respecto a su cuidado: lo que los expertos denominan una “sostenibilidad alternativa”.

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